METAFICCIÓN El guiño cómplice al lector

La metaficción es algo así como la autoconsciencia en el ámbito de la literatura. Es la advertencia de que estamos leyendo un libro y que el libro está compuesto de una historia inventada y unos personajes que no existen más allá de nuestra mente.

Si bien podemos observar atisbos metaficcionales en obras como Don QuijoteEl cantar del Mio Cid, lo cierto es que la metaficción apenas tiene 40 o 50 años. Y es que la metaficción es una consecuencia de la abundancia de obras: en la época de Dickens se editaban unas 1.000 novelas al año; en el siglo XX se publican más de 1.000 novelas al mes.

La metaficción es un guiño cómplice al lector.

El texto metaficcional pionero es Tristram Shandy, de Lawrence Sterne (del que existe una adaptación cinematográfica, por cierto).

Otra clase de metaficción es el homenaje narrativo: obras que son devotas de otras obras, o que nacen de ellas, o incluso que las retuercen. Por ejemplo, “Las horas” de Michael Cuningham es una metaficción de “La señora Dalloway” de Virginia Woolf. O la más rara Snow White, una fantasía literaria de 1967 de Donald Barthelme acerca de los dibujos animados de Disney, a partir del cuento alemán original “Blancanieves”.

Otras novelas de novelas son “El auténtico David Copperfield” de Robert Graves, donde se adquiere una nueva perspectiva de la historia de Dickens, introduciendo elementos más adultos. “Shamela” de Henry Fielding es una versión cómica de “Pamela” de Samuel Richardson.

A mi juicio, una de las obras metaficcionales que más he disfrutado es “La caverna de las ideas” de José Carlos Somoza. Fue la primera vez que yo mismo fui un personaje de una novela. Una más reciente, que es un continuo juego literario metareferencial, es la saga de novelas de Thursday Next, deJasper Fforde. Incluso tiene un libro dedicado al espinoso tema de los derechos de autor: los protagonistas de “Cumbres borrascosas” aparecen como demandantes ante un tribunal de jurisdicción para que se decida a quién pertenece legalmente su obra narrativa.

www.papelenblanco.com

¿Cómo cambia tu cerebro cuando lees o escribes?

Todos tenemos la intuición de que, al leer un libro, salimos un poco cambiados de la experiencia. Más sabios (o más resabiados), con mayor perspectiva, más empáticos, con mayor ojo crítico, más soñadores, con mayores ansias por conocer, más viajados, con más amigos, menos solos, en definitiva. Algo parecido sucede con la escritura, aunque de un modo ligeramente distinto.

Pero tener la intuición, creer, sospechar, sentir… no es lo mismo que saber. Para saber si realmente la lectura o la escritura nos cambia, deberíamos detectar cambios físicos medibles en nosotros. Y como nosotros, el Yo, estamos contenidos en nuestros cerebros, habría que buscar esos cambios en los cerebros de los lectores.

Y la verdad es que las pruebas neurológicas al respecto son abrumadoras. Aunque, en apariencia, un lector tiene la misma pinta que un no lector, incluso que un analfabeto, se podría decir que un lector es, respecto a una persona que nunca ha aprendido a leer, una criatura perteneciente a otra especie.

No sólo hay diferencias estructurales en el cerebro, sino que los cerebros lectores entienden de otra manera el lenguaje, procesan de manera diferente las señales visuales; incluso razonan y forman los recuerdos de otra manera, tal y como señala la psicóloga mexicana Feggy Ostrosky-Solís:

Se ha demostrado que aprender a leer conforma poderosamente el sistema neuropsicológico del adulto.

Los cerebros de los lectores incluso difieren entre sí según qué lecturas tengan por bagaje. Y no sólo estoy hablando de leer Dostoievsky o Pablo Coelho, sino que influye incluso el idioma en el que leemos.

Los lectores de inglés, por ejemplo, elaboran más las áreas del cerebro asociadas con descifrar las formas visuales que los lectores en lengua italiana. Según se cree, la diferencia radica en el hecho de que las palabras inglesas presentan con más frecuencia una forma que no hace evidente la pronunciación. ¿No habéis visto en las películas que a menudo las personas deben deletrear su nombre para que la otra persona sepa cómo se escribe? Por el contrario, las palabras italianas, así como las españolas, suelen escribirse exactamente como se pronuncian.

En su influyente estudio de 1982 Oralidad y escrituraWalter Ong mantiene una visión similar respecto a la escritura, y la lectura:

Las culturas orales podían producir obras verbales de gran poder y belleza, con un alto valor artístico y humano, que ya ni siquiera son posibles, ahora que la escritura ha tomado posesión de la psique. Sin embargo, la alfabetización es indispensable para el desarrollo no sólo de la ciencia, sino también de la historia, la filosofía, la comprensión explicativa de la literatura y de cualquier arte, y de hecho, para la explicación del propio lenguaje (incluido el oral). La capacidad de escribir es absolutamente inestimable y de hecho esencial para la realización completa del potencial humano. Escribir eleva la conciencia.

Pero ¿qué pasa exactamente, en tiempo real, en el cerebro de una persona que lee y entiende lo que lee, a diferencia de una persona que simplemente mira las imágenes en una pantalla o escucha las palabras de un cuentista?

En 2009, la revista Psychological Science publicó un estudio al respecto, llevado a cabo en el Laboratorio de Cognición Dinámica de la Universidad de Washington, cuya principal investigadora fue Nicole Speer.

Los lectores simulan mentalmente cada nueva situación que se encuentran en una narración. Los detalles de las acciones y sensaciones registrados en el texto se integran en el conocimiento personal de las experiencias pasadas. Las regiones del cerebro que se activan a menudo son similares a las que se activan cuando la gente realiza, imagina u observa actividades similares en el mundo real.

Es decir, que el lector se hace libro. Las palabras del escritor obran como catalizador de la mente del lector. Y viceversa: el lector crítico y atento también estimula al escritor, sea éste conocido o no, tal y como rezabaEmerson:

Todos los grandes hombres han escrito con orgullo, sin dar explicaciones. Sabían que un lector inteligente llegaría al fin y les daría las gracias.

Por esa razón, también, los vocabularios de las culturas que aprendían a leer incrementaban sus recursos lingüísticos. Por ejemplo, el vocabulario inglés, limitado a unos pocos miles de palabras, se amplió hasta más de un millón con la proliferación de los libros.

Leer y escribir, qué duda cabe, amplió y refinó la experiencia que las personas tenían de la vida y la naturaleza, tal y como señaló Eisenstein:

El nombre virtuosismo desplegado por los nuevos artistas literarios en el truco de convertir gusto, tacto, olfato y sonido en meras palabras requiere una mayor conciencia y una mayor observación de la experiencia sensorial que a su vez se transmiten al lector.

http://www.papelenblanco.com/metacritica/como-cambia-tu-cerebro-cuando-lees-o-escribes

XXV Premio Internacional Menéndez Pelayo

Víctor García de la Concha recibe en Santander

El XXV Premio Internacional Menéndez Pelayo

En reconocimiento a su “ejemplar trayectoria como maestro y difusor de la lengua y cultura española” el asturiano Víctor García de la Concha recibió el pasado 22 de julio, en Santander, el XXV Premio Menéndez Pelayo.

Víctor García de la Concha (Villaviciosa, 1934) filólogo y director emérito de la Real              Academia Española, agradeció la generosidad mostrada por el jurado hispano-mexicano en relación a la valía de sus méritos como investigador y docente “y por el servicio prestado a la unidad del idioma”.

El premio dotado con 48ooo euros aportados por la Fundación Cervantina de México, fue entregado de manos de Salvador Ordóñez, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y de la presidenta de la Fundación Cervantina de México, Ana Sara Ferrer.     (Foto EFE)

“Hay que fomentar el intercambio de ideas, siempre con palabras adecuadas y correctas”

José Manuel Blecua, Director de la Real  Academia Española y jurado del Premio Príncipe de las Letras

José Manuel Blecua en Oviedo (foto Mario Rojas)

En su visita a la capital del Principado de Asturias, el director de la RAE José Manuel Blecua confesó, a la prensa asturiana, que las nuevas tecnologías darán buen destino a la palabra, pero que “lamenta la dificultad que experimenta al acatar las nuevas normas ortográficas”.

José Manuel Blecua notable gramático y filólogo admirado dentro y fuera de España, se estrenó el pasado 1 de junio como jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

Recomendó dos palabras: diálogo y austeridad. “La austeridad es muy conveniente. Ya lo decía don Miguel Delibes al entrar en la Academia. Su discurso de ingreso se basó en una idea de progreso contraria a una sociedad consumista y despilfarradora; en cuanto al diálogo, palabra por la que siento una inclinación especial, creo que hay que fomentar el intercambio de ideas siempre con palabras adecuadas y correctas”.

Al preguntarle por algún escritor favorito José Manuel Blecua admitió que le encantaría que el premio recayera en JAVIER MARÍAS “compañero por el que tengo especial debilidad”. Comentó sentirse feliz con su letra ‘h’ de académico: “Tiene gracia, porque estuvo a punto de no existir. Por eso de que la ‘h’ no suena. Pero me gusta porque ha pertenecido a grandes filólogos como Emilio Lorenzo o Tomás Navarro Tomás”.

EL SUJETO Y EL VERBO SE DIVORCIAN

La falta de concordancia, un error cada vez

más frecuente

He encendido velas a los santos de mi devoción para que me consuelen y auxilien durante las tribulaciones que habré de pasar, quiéralo o no, a medida que tantos picos de oro políticos echen su lengua a pacer para masacrar el idioma y contagiarnos su virus jergático y argótico mientras tratan de convencernos de que su opción es la que debemos votar en las elecciones venideras, es la que mola, es la chuli, es la guay, la pipa. A esta cárcel de papel he de traerlos, pues me hallarán vigilante de sus barbaridades gramaticales, de sus disparates léxicos, de su analfabetismo funcional si lo detectare. He dicho.

Una de las modas que a buen seguro van a adoptar es la de impedir que sujeto y verbo concuerden cuando aquel vaya pospuesto y en plural. Me explico. Todo hablante español debería saber que «Pepa y Paco llegaron a casa» es un enunciado gramaticalmente correcto, pero que incorrecto sería decir o escribir «Pepa y Paco llega a casa», con el verbo en singular. Da igual que pongamos «Pepa y Paco» detrás del verbo: «Llegaron Pepa y Paco» está bien, pero estaría mal «Llega Pepa y Paco», por no cumplir la regla que exige la «concordancia obligada de persona y de número con el verbo», el matrimonio entre ambos. Sólo da la lengua cabida a una muy bonita excepción, por así decirlo, cuando queremos resaltar a uno de los miembros del sujeto. Es sabido que no significan lo mismo «Vienen Pepa y Paco» que «Viene Pepa, y Paco?», con su coma antes de la conjunción e incluso con sus puntos suspensivos para señalarnos que la llegada de Paco algo inquietante trae consigo. De poco tiempo a esta parte, no hay manera de que se cumpla esta tan elemental regla en boca o pluma de ciertos personajes públicos y abundantes periodistas o escritores. Leo en la sección «El acento» (lunes, 28 de marzo) de «El País»: «Sólo así se entiende las desesperadas reacciones del vicepresidente autonómico» y no el esperable «entienden». En igual fecha y en las páginas de deportes del mismo diario encuentro este titular puesto en boca de Fernando Alonso: «Al Ferrari le falta rapidez y competitividad». No, señor: al Ferrari parecen faltarle dos cosas, por lo que el verbo debe ser «faltan» y no «falta». Leo un jueves al columnista David Trueba: «En el debate participará un psiquiatra forense y un criminólogo, oficios que todos?». ¿No es «participarán» acaso? En otro periódico: «Cuando se maneja esos asuntos?». En una entrevista al dietista de moda Pierre Dukan: «La importancia que para nosotros tiene la proteína y la verdura es básica», cuando debe ser «tienen», en plural, en tercera persona de plural. Me topo con unas declaraciones de Mourinho: «Ahora tengo más ganas todavía de continuar en el Madrid por lo que significa el club y esta camiseta». ¿Dónde habrá dejado tan aspaventoso e irritado míster su cuaderno de concordancia gramatical para perpetrar «significa» en vez de «significan». Ya ven ustedes: errores subsanables en la Educación Primaria, que mucho me temo vayan a adoptar tantos políticos, atentos siempre a fagocitar cualquier nueva majadería lingüística.

¿Quiero decir, entonces, que en los periódicos se escribe mal, no se sabe concordar? Muy al contrario: en los periódicos leo a diario y con fruición excelentes informaciones y magníficas columnas en recto español. En los periódicos cometemos errores a veces, pero si ustedes quieren ver de verdad el infierno en directo, quieren ver dónde tiene su asiento todo horror idiomático, asómense a los blogs de internet y que Dios los coja confesados y bien extremaunciados.

(Francisco García Pérez en La Nueva España)

Dedicatoria a Josefina Aldecoa

Dedicado a la autora de “Historia de una maestra”



HipopótamoDO


“Miiie, Eñoooita, es Do, HipopótamoDo”. A Seisaños, le encanta dibujar hipopótamos en la escuela. Con paquiderma lentitud, Seisaños pinta de azul una cabezota con orejas pequeñas y ojos cerrados. El aspecto plano del niño sonríe cada vez que HipopótamoDo, “AAAAH” la bocota se le abre y le pega un susto masticable. “Oomiinoolass, Hipo quere meenndaar gooomiinoola”. Baja los ojos para examinarse las manos. Con torpeza, sus cortos dedos trazan con la punta roma del lapicero unos remolinos con sabor a helado de fresa, de chocolate, vainilla, melocotón. “Oomee, Hipo, cooome”, exclama Seisaños mostrando la temeridad de sus propias fauces “AAAMMMM”, abiertas tan de par en par  como las de su mamífero-camarada.

“Eeñoo, Eeñooita, miiire, la casa de Do”. Alrededor del animal, Seisaños ha creado un mar con nubes de caracolas y estrellas marinas, donde la longitud paticorta del HipopótamoDo, aletea cual pez de colores. “Seisaños, esto me gusta. Pero por segunda vez no has ordenado bien los colores. Recuerda: la cabeza de Do hay que pintarla de gris y el mar en tono azul. Y estos ojos, mira, así, a-bi-er-tos”. “Eeeerrraoos”. “Cerrados no, abiertos”. Seisaños se obstina. Nervioso patalea, gesticula: “Eeeerrrraoooos”. La Señorita da una nueva cartulina a Seisaños. Su tono de voz “bien, como quieras” lleva la desnuda caricia de la mansedumbre. “A Hipo lo pintas con la cabeza gris y los ojos bien, bien ce-rra-dos”. A la señorita, algo le dice que  Siesaños, por nada del mundo desearía que su nuevo amigo lo viera con el Síndrome de Down.

(Del libro Diecinueve o Veinte Líneas)

JOSEFINA ALDECOA, escritora marcada por la Pedagogía y la Literatura, falleció a consecuencia de una insuficiencia respiratoria el16 de marzo en Cantabria, a sus 85 años de edad. Viuda del escritor Ignacio Aldecoa, estuvo vinculada personal y artísticamente a   La Generación de los 50.

De su actividad literaria destacaron, entre otros títulos, Porque éramos jóvenes (1986), la trilogía de contenido autobiográfico Historia de una maestra (1990), Mujeres de negro (1994) y La fuerza del destino (1997). Su última publicación en 2005 fue La casa gris.

En 2004 obtuvo el Premio de Castilla y León de las Letras.

En días recientes y coincidiendo con el Día de la Mujer, le había sido entregada la medalla a la Promoción de los Valores de Igualdad, concedida por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.

Reconocimiento a José Luis Sampedro

JOSÉ LUIS SAMPEDRO

galardonado con

la Orden de las Artes y las Letras de España

El novelista y ensayista José Luis Sampedro recibió el 9 de marzo, la Orden de las Artes y las Letras de España de manos de la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde, en reconocimiento a su trayectoria literaria y su pensamiento comprometido con los problemas de su tiempo.

El autor de “Octubre, Octubre” o “La sonrisa etrusca” aseguró que, a sus 94 años “siempre ha sido fiel a lo que pensaba que quería ser”. El galardonado defendió el pensamiento libre y la Humanidad, al tiempo que confesó que el acto tenía “una significación final”.

José Luis Sampedro es “una referencia intelectual y moral de primer orden en la España de la segunda mitad del siglo XX” en declaraciones del Consejo de Ministros el pasado mes de noviembre al referirse al polifacético escritor, quién ha conciliado el desempeño de altos cargos administrativos y académicos en el área económica con una reconocida producción creativa y literaria.

‘Rapsodia’ de Pere Gimferrer

 

“El ritmo es anterior a la idea”

El poeta y escritor Pere Gimferrer

presenta en Oviedo

‘RAPSODIA’

su último libro

El pasado mes de febrero la prensa asturiana recogió la visita a Oviedo del escritor y poeta catalán Pere Gimferrer, quien poco a poco fue desgranando cómo gestó su último libro RAPSODIA, en un largo poema que concluyó en apenas una semana. “Escribí el libro en seis días de lluvia violenta. La lluvia en Barcelona no es como la de aquí, no te deja salir a la calle”.

Poeta, traductor y crítico literario español nacido en Barcelona en 1945, estudió Derecho, y Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona. Su precoz maestría le fue reconocida en 1966 con el Premio Nacional de Poesía por su libro “Arde el mar”, algo más que un buen conjunto de quince poemas. Desde 1985 pertenece a la Real  Academia de la Lengua Española. Entre otros premios ha obtenido el Nacional de las Letras Españolas en 1988, y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en el año 2000.  En opinión del siempre recordado Manuel Vázquez Montalbán, Pere Gimferrer ‘es algo más que un poeta. Es el guardián del patrimonio de las palabras o en poesía, como el teólogo del verbo’.  “Las palabras crean un mundo autónomo. Las palabras sirven para ocupar parte de un espacio visual, da igual que sea en papel o en un espacio electrónico” manifestó el maestro en la librería Cervantes.

 


FALLECIÓ LA AUTORA DE LITERATURA INFANTIL MARÍA ELENA WALSH

El pasado noviembre recogió la

Medalla de Oro de las Bellas Artes

de manos de los Príncipes de

Asturias

La escritora y compositora argentina María Elena Walsh falleció el 10 de enero en Buenos Aires, a los 80 años, tras una larga enfermedad.

Escribió más de 40 libros infantiles y compuso temas que fueron interpretados por algunos cantantes como Mercedes Sosa o Joan Manuel Serrat. Entre las décadas de 1960 y 1970 publicó el grueso de su producción infantil, como ‘El reino del revés’ (1965), ‘Cuentopos de Gulubú’ (1966) y ‘Versos tradicionales para cebollitas’ (1967), ‘Pocopán’ (1977), ‘Manuelita ¿Dónde vas?’ (1997) y ‘Canciones para Mirar’ (2000). En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de Buenos Aires. En 1991 fue galardonada con el Highly Commended del Premio Hans Christian Andersen de la IBBY. La escritora argentina viajó a España en noviembre último para recoger la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, en un acto presidido por los Príncipes de Asturias, en Jerez de la Frontera (Cádiz).

El reino del revés en

http://www.youtube.com/watch?v=KlMQZsifcio

Para el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, LEER es lo más importante que le ha pasado

Foto Diario El Comercio

En un discurso, titulado ‘Elogio de la lectura y la ficción’, el Nobel de Literatura ha subrayado el papel de la lectura y los libros en su vida, desde que con cinco años aprendió a leer en Cochabamba (Bolivia). «Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida», ha confesado Mario Vargas Llosa, quien rindió un sentido homenaje a grandes maestros de las Letras como Flaubert, Faulkner, Cervantes, Dickens, Tolstoi o Thomas Mann.

Asimismo, el escritor ha tenido palabras de elogio para España y ha destacado que sin España «jamás hubiera llegado a esta tribuna». «Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda con ella es tan grande como el agradecimiento que le tengo».

Ha subrayado su amor por Patricia, y con voz emocionada ha recordado cómo ella todavía soporta sus «manías, neurosis y rabietas que me ayudan a escribir».

Igualmente, ha destacado su pasión por los libros, que fueron siempre «su salvación y su refugio» y donde vivir era «exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz». En esta misma línea, ha confesado que siempre que se ha sentido «abatido o golpeado, a orillas de la desesperación», entregarse en cuerpo y alma a su trabajo de fabulador «ha sido la luz que señala la salida del túnel, la tabla de salvación que lleva al náufrago a la playa». «Nada me ha hecho gozar en la vida tanto como pasarme los meses y los años construyendo una historia, desde su incierto despuntar, esa imagen que la memoria almacenó de alguna experiencia vivida, que se volvió un desasosiego, un entusiasmo, un fantaseo que germinó luego en un proyecto».