Ningún árbol es fuerte sin contínuos vientos.
SÉNECA
Publicado el 18 de noviembre en la revista Zenda, este poema
La huida pertenece al próximo libro del escritor y poeta
Javier Lasheras El cielo desnudo.
LA HUIDA
Me pasé la infancia con los ojos perdidos
en un horizonte de cobaltos y girasoles,
un tiempo mecido entre cal, alberos y azahares
y cuando no mirando las piernas de mi madre,
suaves y largas, cruzadas en ese y ofrecidas al sol
de una playa refulgente y solitaria, de otro mundo.
Leía no sé qué libro recostada en la hamaca:
recuerdo el rojo de las tapas duras, sus manos
de actriz exquisita con las uñas de caramelo
—mi memoria aún huele la laca y la acetona—
y la media sonrisa fatal de aquella época
no sé si histérica y alcoholizada,
perturbadora en cualquier caso.
¡Era tan acogedor quedarme allí atrapado, mirándola!
Llevaba unas gafas de sol de pasta negra
y un pañuelo de Hermes recogiendo su pelo.
Al fondo había un hotel. Solo uno. Solo ella
y un café futurista, encerrado
en una urna de cristal opaco:
el aire acondicionado
me helaba el corazón.
Alguien dijo: «Afuera es un infierno».
Mi madre pidió una ginebra con mucho hielo:
tiempo después descubrí que mi abuela
la recomendaba para los dolores menstruales.
Yo pedí una Coca-Cola:
guardo una fotografía de ese momento.
Mira, aquí la tengo,
y ahora me pregunto,
en la inquieta distancia de los años,
quién sería el autor de aquel disparo.
Luego encendió un cigarrillo: un More
de color negro y chocolate tan fino y largo
como sus piernas, toboganes de miel caliente.
Recuerdo el humo azul saliendo de su boca:
la elegante melancolía de su mirada
sobre una tarde que hería la vida por dentro.
Me gustaba cuando nos llevaba al cine de verano:
mis hermanas mayores flirteaban al fondo
mientras ella fumaba uno y otro y luego,
cuando cruzaba las piernas, todo era fundido
a noche oculta. El humo se esfumaba por los sueños
de la pantalla y al fin el sueño me desvelaba del ensueño.
Ahora, cuando atisbo el horizonte
adonde van a morir los ángeles,
sigo teniendo las mismas ganas
de huir lejos y sin nombre,
donde nadie me encuentre,
sin otra maleta para el camino
que aquella luz, aquel amor, todo ese tiempo.
Este es el nombre con el que han bautizado a un oso polar que vive encerrado en un centro comercial de la ciudad china de Catón, con un grave deterioro mental a causa de su cautividad.
Un total de 50 organizaciones chinas y más de un millón de firmas han pedido la liberación de este animal apodado “El oso más triste del mundo”.
Varios representantes de los grupos que luchan por los derechos de “Pizza” han mostrado a la prensa las vergonzantes imágenes de este centro comercial que presenta como reclamo, para aumentar sus ventas, la presencia de otros animales como un zorro y una morsa, entre otros.
En plena fiebre Black Friday esperamos y deseamos desde este Blog que esta cruel novedad no se extienda ni sea permitida por clientes de ningún continente.
Cuentan los famosos cuentos de Cuinto que llegó una vez un filósofo a una ciudad y comenzó a gritarles en la plaza mayor a todos los ciudadanos que “Se hacía necesario un cambio en la marcha del país si éste no quería destruirse a sí mismo”.
El filósofo y profeta gritaba y gritaba. Una multitud acudió a escuchar sus palabras, aunque más por curiosidad que por interés, y el filósofo al verse rodeado de tanta gente puso toda su alma en la voz, aconsejando el cambio de costumbres a todos los presentes por el bien de todos los presentes.
Pero según iban pasando los días eran cada vez menos los curiosos que rodeaban al filósofo, a la vez que ni una sola persona de la ciudad parecía estar dispuesta a cambiar de vida. A pesar de ello el filósofo y profeta no se desalentaba y seguía gritando y pregonando, gritando y…
Hasta que un día ya nadie se detuvo a escucharle. Más el filósofo y profeta seguía hablando por el cambio con toda su alma y gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban días y días y días y el filósofo seguía con sus palabras, aunque nadie le escuchaba. Al fin, una mañana alguien se acercó y le preguntó:
-¿Por qué sigues hablando y gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?
-Sigo gritando mis palabras –respondió el filósofo- porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí.
Editada por Vitruvio es todo un homenaje a la literatura; también ha sido nuestra recomendación literaria de este semana. Para los ’jóvenes la propuesta es ‘¡Qué tirria!‘ (ed. Milratones) de Javier Fernández Rubio.
Las páginas Web que recomendamos también las dividimos para adultos o jóvenes; para mayores es www.nievesviesca.com/. Página oficial de la escritora y poeta Nieves Viesca, donde vais a conocer más sobre el trabajo que realiza dentro del mundo de la cultura y desde donde podréis acceder a su blog.
Escribe la pequeña Anne Frank en su Diario
el 7 de noviembre de 1942.
Tras la invasión de Holanda, la familia Frank, comerciantes judíos alemanes emigrados a Amsterdam en 1933, se ocultaron de la Gestapo en una buhardilla anexa al edificio donde el padre de Anne tenía sus oficinas.
Allí nació ‘El Diario de Ana Frank’ convertido tiempo después en un impresionante libro, al recoger la vida real de una adolescente que narra, en su diario, una serie de hechos históricos junto a sentimientos y reflexiones personales desde que cumple 13 años, hasta poco más de sus cortos y dramáticos 15.
Los Frank eran ocho personas y permanecieron recluidas desde junio de 1942 hasta agosto de 1944, fecha en la que fueron detenidos; enmarcando el desenlace de esta historia y la vida de la propia autora Anne Frank, en una situación dramática con un final realmente trágico.